martes, 29 de julio de 2014

La Pelota

Era una tarde preciosa.
En el pasto una manta grande y suavecita.
Habían llegado hasta allí en bicicleta, pedaleando durante
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 minutos exactos desde su casa.
Llevaron canastas con frutas, cosas para hacer sandwiches, agua, jugo, galletas y todas esas cosas que se llevan a un picnic.
Jugaron, cantaron, bailaron... la pasaron muy muy muy muy pero requete muy bien. Cuando ya casi no quedaba sol, recogieron todo, se montaron en sus bicis y pedalearon 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 minutos hasta su casa.
Al llegar,  pusieron todo en su lugar para luego irse a bañar y prepararse para dormir... pero... no pudieron poner todo en su lugar, porque no tenían todo, faltaba la pelota!
El niño se puso a llorar con mucha pena, su papá, su mamá y su hermano lo abrazaron y le dijeron que en la mañana podrían ir a buscar por todo el lugar del picnic por si aun estaba por allí, y que si no la encontraban podían pensar que quien la encontró la estaría disfrutando y cuidando mucho.
El niño se durmió muy triste.
A la mañana siguiente, pedalearon tan rápido que llegaron en 1 2 3 4 5 6 7 8 minutos!
(dos minutos menos que 10)
Buscaron por todas partes y no estaba. De regreso a la casa vieron un papelito colgado de un árbol, decía :

¿perdiste tu pelota?
Yo la encontré
comunícate a este número para devolvértela.

Llamaron inmediatamente al número, contestó un niño.

- Hey que bueno que llamas, tengo tu pelota hace 4 días.
  Ya estaba pensando que no llamarías
- 4 días? Perdí mi pelota ayer
- ayer? Es roja?
- no, es verde
- oh, lo siento, entonces la pelota que tengo es de otra persona
- sí entiendo

Y cuando estaba a punto de colgar, muy muy triste...

- oye, te propongo algo, llevo 4 días esperando para devolver esta pelota y nadie la ha reclamado, excepto tú, pero tú no eres el dueño.   Si pasan 10 días, o sea dentro de 6 días más, y no aparece un dueño, te la regalaré.

Cerraron el trato.
Pasaron los días y el niño fue a entregarle la pelota pues nadie más lo llamó.
Allí se conocieron y se dieron cuenta que eran vecinos y que podían jugar juntos. Así que esa tarde la pasaron muy bien jugando con la pelota encontrada que no era la perdida... o sea se le perdió alguien, a lo mejor ese alguien encontró la otra y por eso no ha reclamado la suya, no sabemos...

Fin




viernes, 25 de julio de 2014

Un pez tuvo una idea




Siempre había querido saber cómo era estar fuera del mar.
Encontró una caracola antigua en la que cabía perfectamente.
Practicó por varios días la técnica para entrar y salir hasta que se hizo experto.
Luego buscó el punto exacto donde las olas agarran fuerza y se metió para viajar en una ola hasta la orilla.
Allí pudo experimentar los sonidos de la playa, cómo se escucha el mar estando afuera de él.
Pudo ver lo diferente que es la arena que no está sumergida, vio el cielo de otra forma, sintió el viento, y los rayos del sol que llegaban tan directamente.
Escuchó los pájaros, vio otros animales, como cangrejos, arañas, y hasta un perro, escuchó voces de niños jugando; eso le encantó.
En la tarde, durante la puesta de sol, subió la marea y las olas llegaban más adentro de la costa, de esta manera una ola lo alcanzó y fuuuuuuchhhhssss se lo llevó de vuelta al mar.
Esa noche el pez durmió muy feliz.
Al otro día le contó a su hermano sobre su invento, le explicó que el funcionamiento tenía un margen de error pues si la marea no subía lo suficiente podía quedar varado por mucho tiempo.
Se trataba de una aventura muy divertida pero con un grado de riesgo, podía ser peligroso. Contarle a su hermano fue muy responsable de su parte pues así su hermano sabía que si caía la noche y él no estaba había que pedir ayuda para ir a rescatarlo.
Pasaron varios días y el invento funcionaba a perfección.
Pronto se fue corriendo la voz y algunos peces llegaban con caracolas para aprender a usarlas.
Con el tiempo se fue haciendo muy popular, de mares lejanos llegaban todo tipo de peces a entrenarse en la técnica para hacerse maestros y luego ir a enseñarla en sus lugares de origen.
Así que la idea del pez, fue una gran idea, y su invento fue un éxito mundial.


y colorín colorés.... este cuento fue de un pez





sábado, 19 de julio de 2014

Un oso y un cocodrilo




Un cocodrilo descansaba muy tranquilo y relajado a la orilla de un lago.
Sintió algo muy cerca y al abrir los ojos vio que muy cerca de su cara estaba la cara de un oso.
El cocodrilo no podía creer que un oso se atreviera a acercarse de esa manera a él.
El oso le contó que toda la familia de osos estaba incomunicada a causa de un gran tronco de un árbol caído, habían tratado de moverlo pero fue imposible.
Necesitaban ayuda de algunos cocodrilos para mordisquear con sus dientes afilados y sus grandes mandíbulas, para empujar con su fuerza el enorme tronco.
El cocodrilo seguía sin entender la extraña petición del oso.
El oso le explicó que aunque no fueran de la misma especie, y ni siquiera fueran amigos, todos vivían por allí prácticamente en el mismo lugar, eran vecinos y como tal podían velar por el bienestar de todos.
También el oso ofreció pagarle con miel, pues tenía unas amigas abejas muy buenas que podían regalarle miel o con una canasta llena de frutas pues los osos son excelentes recolectores de frutas o con un lindo cuento porque ese oso era un gran contador de cuentos.
El cocodrilo dijo que lo de las frutas sonaba bien.
Y fueron varios cocodrilos a ayudar a los osos.
Empujaron, mordisquearon, halaron, jamaquearon el tronco caído de lado a lado, entre osos y cocodrilos, (algunos pajaritos trataron de ayudar pero la verdad es que no adelantaban mucho) hasta que lograron sacarlo del medio.
Fue una tarea difícil, que solo se pudo lograr por la unión entre osos y cocodrilos, por el trabajo en equipo.
Los osos quedaron felices con el acceso libre y los cocodrilos quedaron contentos por haber ayudado.
Al otro día el Oso le llevó un canasto lleno de frutas al Cocodrilo como pago por su trabajo.
Y de ahí en adelante los osos y los cocodrilos siempre se saludaban al encontrarse.







Salomón

Había una vez un niño que se llamaba Omón
estaba sentado en la plaza observando la fuente de agua
que tenía un chorrito que subía y bajaba, subía y bajaba...
Estaba pensando que si tuviera una moneda, podría lanzarla a la fuente para pedir un deseo.
Metió su mano al bolsillo y síiii tenía una moneda!
Así que se puso de pie, caminó hasta la fuente, cerró los ojos y...
lo interrumpió su amigo Pedrito que venía corriendo y gritando sal Omón saaaal Omón.
Al llegar hasta él, lo tomó por los hombros, lo miró a los ojos y le dijo: sal Omón.
y ambos corrieron lejos de allí.
Corrieron lo suficiente para mantenerse a salvo pero se quedaron en un lugar desde donde pudieron ver cómo un enorme dragón corría arrasando con edificios y calles, a paso feroz atravesó la plaza destruyendo la fuente en un santiamén.
Pedrito le salvó la vida a Omón.
El dragón se fue y no volvió.
Era la primera vez que un dragón se aparecía por allí.
Los habitantes de la ciudad tardaron muchos días en arreglar todo lo dañado y siempre temían que el dragón regresara.
Pero nunca más se supo de él.
Pedrito y Omón fueron amigos por siempre, hasta viejitos y siempre siempre recordaban la historia de saaal Ooomónnnn  sal omón Salomón.



viernes, 18 de julio de 2014

Un besito



Había una vez un besito
que iba flotando hacia el cachete de un niño
y de repente un viento lo llevó por otro rumbo
y se fue paseando por diferentes lugares
hasta llegar a un lugar muy suavecito y de olor agradable,
era el pétalo de una flor.
Se hizo muy amigo de la flor,
conversaron de sus vidas,
sus texturas y su relación con el viento y en eso ssuuufffff
el viento se lo llevó a pasear de nuevo hasta llegar a un lugar mullido y con delicioso sabor,
era un bizcocho de chocolate.
Allí saboreó una exquisita cubierta y bailó con las risas y canciones de los niños
hasta que... que los cumplas feliz....
ffuuuuu el niño sopló las velas
y el besito voló por el aire muy alto
hasta encontrarse en el camino con otro besito
que le habían lanzado al niño del cumpleaños y mmmmuackkk
los besitos se dieron un besito
y continuaron sus caminos,
el del cumpleañero llegó a su destino rápidamente
y el otro tuvo que viajar un rato más hasta llegar al cachete que debía llegar
y muák llegó!



sábado, 12 de julio de 2014

Dos perros de un solo dueño

Fue un día largo
En la noche todos estábamos agotados
Ofrecí un cuento cantado (mis favoritos)
Pidieron que fuera de dos perros que tenían un mismo dueño
Así que les canté este cuento

se puede cantar de cualquier manera, pero mientras más voces exageradas se hagan mejor, con pausas dramáticas y momentos medio hablados, tipo musical, también se vale hacer sonidos de instrumentos musicales y eso...


Un paaatio grandote
con muuuchas plantitas
y algunos áaarboles
con muchas florciiitas

de un lado a otro
corrían felices
los dos cachorritos
moviendo sus colas, moviendo sus coooolas

eran muy felices
eran muy alegres
eran juguetones
no eran ladrones

tenían juguetes
y una casita
era muy bonita
y muy calientita

una cosa era obvia
por todos bien sabido
vivían en el mismo lugar
era un gran hogar

eran dos perritos
de un mismo dueeeeño, de un mismo dueeeeño
un muchacho amoroso
y bien oloroso

esto puede extraño parecer
pero es muy cierto y debes saber
el muchacho con sus perros conversaba
les conversaba y muy bien la pasaba

Como se adoraban
que mucho jugaban
que lindo bailaban
y hasta cantaban

pero una noche... se puso a llover
llovía y llovía , la lluvia caía
los truenos se oían brrrmmppttt  cchhkkkttw mmmpprrtttchht
lluvia viento truenos relámpagos  cchhhwwww  zzztpps  fffffuuuu

y de pronto un relámpago cayóooo
en el techo de la casita de los perros
 plaawmnnnt
ufff la partió en dos

los perros corrieron
adentro corrieron
refugio encontraron y se acurrucaron
que susto pasaron

Al otro día juntos salieron
el patio no reconocieron
y se pusieron a ooordenar
aaa limpiaaar

Tuvieron una grandiosa idea
Construir una nueva casita
más grande y bonita
más fuerte y segura...

pero pronto su dueño tuvo una idea mejor
los invitó a quedarse adentro
apapuchados, con amor, y bien cuidados
y así... este cuento termiiiinoooó






viernes, 11 de julio de 2014

Sin parar de bailar

Había una vez una hoja que bailaba con el viento
y cuando no había viento igual bailaba.
Bailaba con la lluvia,
con las mariposas,
con otras hojas,
con las abejas,
con los gusanos,
con los mosquitos,
con los rayos del sol, (sí, eso se puede)
con el sonido de las olas del mar,
con las risas de los niños,
los cánticos de los pájaros,
las mariquitas,
las arañas, las grandes, las medianas y las chicas, las de patas largas, las de patas gordas, con todas.
Amaba bailar con el sonido del tambor de alguien que practicaba todos los lunes
y con el violín de quien practicaba los martes.
Bailaba en las mañanas y en las tardes y en las noches.
Bailaba,
siempre bailaba,
todo lo bailaba.
De todas partes llegaban curiosos para verla bailar, para preguntarle por qué lo hacía.
Y la hojita, les miraba sonriente mientras bailaba y bailaba y bailaba.


y colorín coloró, este cuento se acabó.





miércoles, 9 de julio de 2014

Estrellita dónde estás



Todas las noches pasaba horas largas mirando al cielo.
Era su vista favorita, la hacía sentir ciertos chispazos en su corazón, era una especie de emoción muy bonita.
Ese espacio sin límites, profundo, cristalino, misterioso, con todos sus brillitos quietos y los brillitos que pasaban de sorpresa ofreciendo la oportunidad de pedir un deseo.
Eso era lo más que le gustaba: el momento de pedir su deseo.
Se trata de un momento que aparece de repente, sin aviso, sin sospecha, sucede y hay que estar listo, se tiene que ser ágil para pedir el deseo de inmediato. No se admiten titubeos, no se puede dejar pasar un solo segundo, no está permitido pensar en otra cosa.
El deseo es algo que de verdad se anhela tanto tanto tanto que está en primera fila en la cabeza, en la punta de la lengua.
Como pasaba tantas horas todas las noches contemplando el paisaje estrellado, sus probabilidades de presenciar el paso de una estrella fugaz era muy alto.

Ella era una estrella de mar y su deseo era muy especial.
Ella quería ser una estrella del cielo.

Una noche escuchó un: "pssss psss"
Era una estrella del cielo que quería hablar con ella.
Le preguntó cómo era la vida en mar, qué había en las profundidades de los océanos, qué sonidos eran los más lindos, qué peligros había, cuántos animales conocía, cómo se sentía estar dentro del agua todo el tiempo...
Le hizo muchísimas preguntas y la estrella de mar le contestó lo más que pudo.
Estaba muy feliz de tener una amiga estrella del cielo.
Cada noche conversaban, se hicieron grandes amigas y cantaban juntas canciones del cielo y del mar. Se contaban historias de barcos y cohetes, de astronautas y buzos, de tormentas y eclipses...
Un día la estrella del cielo le dijo a su amiga estrella de mar que quería visitarla, y que sabía que si ambas pedían ese deseo a la vez a la próxima estrella fugaz, se les concedería.
Y así lo hicieron... sin embargo... hubo una pequeña equivocación.
La estrella del cielo pidió ir al fondo del mar para visitar a su amiga.
La estrella del mar pidió que su amiga del cielo viniera al fondo del mar, pero como tantas veces antes había pedido ser una estrella del cielo y como siempre estaba eso en la punta de su lengua.... pues se mezclaron los deseos y de alguna manera el resultado fue que la estrella del cielo cayó al fondo del mar y la estrella de mar llegó al cielo.
Al principio se sorprendieron de haber logrado semejante intercambio de hábitat, luego celebraron cantando y bailando la maravilla que habían logrado y luego decidieron aprovechar lo sucedido y dedicarse a disfrutarlo.
Pasaron los días, las semanas, los meses, y varios años pasaron también.
Las amigas seguían conversando cada noche, contándose todo.
También cantaban canciones de cuna inventadas por ellas por si algún niño o alguna niña las lograba escuchar antes de dormir.
Un día la estrella del cielo que ahora vivía en el mar, le dijo a su amiga que a veces extrañaba el cielo.
La estrella de mar que ahora vivía en el cielo le contó que ella a veces extrañaba estar en el mar.
Cada una estaba donde alguna vez deseó estar, pero ver cada noche la hermosura de su hogar a una distancia tan enorme, les producía nostalgia.
Así que decidieron volver a pedir un deseo.
La estrella de mar pediría volver al mar y la estrella del cielo pediría volver al cielo.
Esperaron toda la noche y no pasó ninguna estrella.
Cuando ya casi casi amanecía.... zzzssspfffaassss.... pasó una!!!
Y en un destello fugaz la estrella del cielo otra vez estaba brillando en el espacio.
Miró hacia abajo muy feliz para saludar a su amiga y festejar con ella, miró y miró y no la encontró... solo vio unos pequeños brillitos que se desvanecían entre las olas del mar. Recordó un detalle importante; su amiga siempre había deseado ser una estrella del cielo, pero no una estrella cualquiera... ella soñaba con ser una estrella fugaz!
Al fin lo había logrado y de la manera más noble, más hermosa.
Se convirtió en estrella fugaz, y en su instante de gloria concedió los deseos de quienes presenciaron su esplendor, entre ellos el deseo de otra estrella, su amiga estrella!


y colorín colorido este cuento ya se ha ido.













martes, 8 de julio de 2014

Lejos, muy muy muy lejos



S: mama cuenta un cuento con voz de español de España
V: sí sí, con acento español de España

ok...  (de aquí en adelante el cuento se debe leer intentando hacer acento español)

ok...
En un lugar muy pero muy pero muy extra mega requete muy súper ultra muy lejano
muy lejano muy lejano muy lejano muy...

V: ¿Hace mucho tiempo? 

no...
No era hace mucho mucho mucho tiempo.
Era muy muy muy lejos.
y bueno tío que el cuento lo estoy contando yo
¿O es que lo quereís contar vos?

Era un lugar muy lejano muy lejano muy lejano pero muy muy muy lejos.
Había una casita muy bonita con un patio grandote, pero lo mejor que tenía era que había sembradíos...

V: ¿Y un árbol de naranjas?

pues sí... había un naranjo, llenísimo de naranjas, pero eso no era lo que estaba contando tío. Y ya te he dicho que el cuento lo estoy contando yo y que si vos quereís contar un cuento, pues adelante que yo lo escucho, vamos, pero déjame que cuente este sin tanta interrupción pues tío.  ¿vale?

... bueno, pues los sembradíos que contaba eran de frutillas, frambuesas, y moras y lo primero que uno se imagina al ver esas delicias son tartaletas, pies, queques y toda clase de postres exquisitos pues hombre.

V: ¿Y había zanahorías?

¡pero tío que este es el colmo! que uno intente hacer un cuento y que te interrumpan a cada línea...

sí, pues sí había zanahorías, y lechugas y espinacas...

Lo más importante que había en esa casa, estaba más allá de los sembradíos.
Se trataba de un árbol, era de esos árboles que tienen el tronco muy muy muy muy grande y las raíces grandes, y las ramas grandes y las hojas grandes y era muy alto, altíiiiiiisimo, de esos árboles que son un espectáculo, que son impresionantes, que te dejan así como quieto, como sin aliento.
Era de esos que uno no sabe si correr a abrazarlo o quedarse en silencio contemplándolo.
No, si les digo que era una maravilla.

Cuando la niña lo vio.... no les había dicho que este cuento es de una niña... pero bueno se los digo ahora...
La niña fue corriendo a tratar de treparse pero no pudo.
Entonces decidió hablar con él, el árbol no le respondió pero a ella no le importó.
Había decidido que serían amigos y en ese instante supo la noticia....
qué noticia dirán ustedes...
pues es que tampoco les había contado que la niña había ido allí con sus padres y ellos le contaron que de ahora en adelante esa sería su nueva casa.

Y así fue.
La niña creció allí, todos los días se sentaba bajo el árbol a cantar, o a mirar los pajaritos o a contarle cosas al árbol.
Trataba de treparlo pero era muy difícil, por eso su papá le construyó una escalera con maderas y sogas. La colgó desde una rama muy alta y le enseñó a usarla.
Al principio siempre subía con ayuda de su papá o de su mamá, pero ya después, cuando era más grande y dominaba perfectamente la escalera podía hacerlo sola.
Siempre se sentaba en la rama, se recostaba del tronco y observaba todo a su alrededor, los sembradíos, el naranjo, la casa, el cielo...
Le contaba todo, sus ideas, sus penas, sus alegrías, sus preocupaciones... todo.
Él nunca le respondía, pero ella no esperaba respuesta, solo amaba la sensación de confianza que le brindaba su amigo.
A veces sólo subía para estar en silencio y escuchar el viento, los sonidos de la naturaleza, estar en calma y respirar el oxígeno puro del árbol.

Como pasó tanto tiempo, deben saber que la niña fue aprendiendo toda clase de recetas de postres y ensaladas con las cosechas de su patio, algunas las practicó muchas veces antes que le saliera bien, otras las fue inventando ella misma. Su especialidad era el queque de zanahorias, umm yum yum ese le quedaba sabroso. La niña creció y sus postres se hicieron famosos, las personas viajaban desde diversos lugares para comprar sus delicias. Con el tiempo instaló mesas y sillas en una linda terracita para que sus clientes se sentaran a disfrutar un pedazo de tartaleta junto a un chocolate caliente, o una ensalada de espinacas con un jugo de naranjas frescas...
Con el pasar de los años su casa se amplió y tenía varias cabañas para alojar a los viajantes, que se hospedaban para descansar por varios días, desayunaban, almorzaban, tomaban café y cenaban muy relajados en aquel lugar tan hermoso.


y colorín colorío este cuento acabó pues tío
y colorín coloré ya era tiempo y olé!









lunes, 7 de julio de 2014

Una gotita




Había una vez y dos son tres, que no era pan ni era café...

S: ni mermelada
V: ni galleta, ni media luna


... exacto...
Una gotita de lluvia que estaba agarrada a una nube, ya casi casi le tocaba caer.
Miró hacia abajo y vio que estaba sobre el mar, así que se agarró fuertemente a la nube porque no quería perderse en la inmensidad del mar.
Varios días más tarde, otra vez estaba a punto de caer y vio que abajo había una montaña con un bosque precioso lleno de árboles, pensó que no quería extraviarse, confundirse con una gota de rocío...


V: o que se la comiera un animal 

...exacto... así que volvió a afirmarse con fuerza a la nube para no caerse.
Pasaron varios días y la gota sentía que estaba lista para caer, fue entonces cuando pasaron cerca de una casita muy linda.
Si caía en ese techo podía arreglárselas para quedarse allí para siempre mirando al patio de la casa donde había columpios, pelotas, y autitos... o sea...
¡una casa donde viven niños!
Que emocionante, poder verlos jugar todos los días, reír con sus ocurrencias... pero... oh oh... en una parte divisó un charco de lodo, seguramente los niños saltan ahí para jugar. waákaala... un charco de lodo ughh.
¿y si por accidente ella cae allí? no no, no puede arriesgarse.
Así continuó por varios días, cansada de agarrarse a la nube, con ganas de caer, pero temerosa de lo que pasaría después.
Fue entonces cuando pasaron sobre un paisaje desolador, se trataba de un antiguo paraíso, se podía ver la huella de lo que una vez fue un río y lo que debió ser una caudalosa y hermosa cascada.
Aparentemente allí hubo una sequía...


V: ¿qué es eso?


... una sequía es cuando pasa mucho tiempo sin llover en un lugar, todo lo que estaba allí queda seco, y como sin agua no puede haber vida, los animales que viven cerca y se abastecen de agua ahí, tienen que emigrar a otro lugar.


V: sin agua tampoco puede haber vegetación



... sí, aquí quedaba un poco, pero muy poco.
La nube se detuvo, y poco a poco comenzaron a acercarse más nubes de lluvia, venían desde muy lejos como en una misión, se iban acoplando unas con otras formando una nube grandota.
De repente tembló, un trueno: trrrrrghooomm!
La gotita, bien agarrada de la nube observaba como se iba transformando todo, y... un rayo: tzzzcccsss!
Volvió a temblar y de a poco la gotita vio cómo otras gotas iban cayendo y surgían más gotas de adentro de las nubes y caían y caían, pronto el antiguo río volvió a vivir, sus nuevas aguas corrían felices y la cascada volvió a funcionar, era precioso.
Fueron varios días de lluvias intensas.
En uno de los fuertes aguaceros la gotita se dejó caer libremente, sin pensarlo, feliz.
El paraíso desolado volvía a la vida gracias a cada una de las gotas de agua que cayó en esos días.
Comenzaron a llegar pajaritos, lo que significa que ellos contaran la noticia y pronto llegarán muchos y diversos animales a vivir allí.
Y la gotita, va y viene entre la cascada y el río, y está muy contenta de ser parte de algo tan importante.



Y colorín colorín este cuento llegó a su fin.





domingo, 6 de julio de 2014

El búfalo, la flor y el avión


Habíamos visto una foto de unos búfalos en un libro de National Geographic. Así que antes de dormir les dije que les contaría un cuento sobre un búfalo. V dijo: siiii S dijo: no (quería un cuento de un avión) V dijo que de búfalo S dijo que de una flor, y yo dije que lo contaría de los tres...



Una vez un búfalo iba caminando solo, pues se había perdido de su manada. 
Caminó por horas, durante toda la mañana.
Al medio día cuando el sol estaba en el cenit, sintió mucho cansancio así que buscó un árbol para tomar una siesta bajo su sombra. 
Divisó uno, para llegar hasta él debía atravesar un campo de flores hermosas. 
Era un paisaje precioso, miles de flores una junto a la otra, formando un cuadro gigante, bello. 
Recordó su manada, suspiró. 
Llegó al árbol y durmió largo rato. 
Al despertar vio que quedaba poco sol y que las flores comenzaban a cerrar sus pétalos. 
Eran ese tipo de flores que sin luz, se cierran, se acurrucan, y en las mañanas se abren para saludar al sol. 
¡Que espectáculo impresionante estaba presenciando! 
Sin embargo, a su lado haciendo borde en el campo de flores, una de ellas permanecía con los pétalos abiertos.
El búfalo aun soñoliento la saludó y le preguntó porqué era la única que aun no se acurrucaba. 

Entonces supo su historia.

La pequeña flor estaba cansada de ser una más entre tantas, quería estar sola, ir a otro lugar lejos de tantas flores parecidas y de la misma rutina de siempre. 
Esa tarde estaba lista para irse, esperó que los últimos rayitos de sol desaparecieran para llevar a cabo su plan.
El búfalo le contó que él entendía esa sensación de querer escapar de lo mismo de todos los días. 
A él mismo le ha sucedido varias veces que necesita alejarse un poco de su manada, dar un pequeño paseo solo, o quedarse un poco más atrás, para pensar, para estar tranquilo, para escuchar el silencio, sin embargo estaba muy convencido de lo importante que era su manada, lo mucho que los ama y lo mucho que lo aman a él. 
Por eso necesitaba encontrarlos pronto, volver a verlos y caminar en grupo.
La flor lo escuchó atenta, pero esa historia no cambiaba en nada su parecer.
El búfalo vio cómo la florcita sacaba una fuerza increíble desde su delgado tallo... arggg ugghh ummjjjjjjsss wrruag! 
Se arrancó, ella misma se arrancó. 
Se dejó caer en la tierra con un suspiro cansado, aliviado y muy feliz. 
Le pidió al búfalo que la llevara con él hasta decidir su nuevo hogar.
Montada en su lomo, viajaron toda la noche sin parar. 
El búfalo estaba muy preocupado por no encontrar su manada, sentía miedo de no volver a verlos nunca más. 
Cada vez que llegaban a un lugar, él suspiraba por no ver a los suyos y ella suspiraba por no encontrar aun el lugar ideal. 
Y así, cuando el cansancio los derrotaba, comenzaron a asomarse los primeros rayos del sol. 
Muy cerca de una corriente de agua estaban todos los búfalos hidratándose. 
¡Qué felicidad! 
La flor observó el paisaje y gritó: es aquí, este es mi lugar, déjame cerca de un árbol para saludar al sol.
El búfalo la dejó con delicadeza y salió corriendo lleno de alegría a encontrarse con su manada.
Tomó un baño, bailó, bebió agua, jugó a las carreras, estaban todos muy felices. 
Cuando debían continuar el camino, el búfalo fue a despedirse de su amiga flor.
Para su sorpresa, la encontró con los pétalos cerrados, sin respiración, ya sin vida.
Y es que las flores mueren al ser arrancadas, algunas pueden resistir varios días si son bien cuidadas, pero algunas no sobreviven por mucho tiempo.
El búfalo lloró, la tomó con cuidado y la enterró cerca del árbol que ella había escogido, para que, con el pasar del tiempo, renaciera desde allí una nueva flor. 

y colorín colorado....

v: este cuento fue un poco triste, mañana cuéntanos uno un poco más feliz
s: qué pasó con el avión?

umm ehh ok claro
iban pasando unos aviones haciendo piruetas y se veían muy lindos
y colorín colorado...

s: tenía que ser sólo un avión

exacto... 
y uno de los aviones tuvo problemas y cayó entre los árboles.
Los búfalos salieron en estampida hasta el lugar y entre todos trabajando en equipo lograron rescatar a las personas que iban en el avión, y en agradecimiento les regalaron el avión. 
Desde ese día los búfalos tienen una casa/avión/club a donde siempre van a jugar.
Y ahora sí, colorín colorado este cuento ha terminado.

v: sí... terminaba y volvía a empezar y terminaba y volvía a empezar... 

Yo: Buenas noches, dulces sueños...





La gallina de palo y el pavo real




Esta gallina de palo, vive en un pantano.
Cada tarde se trepa en una rama larga de un árbol inclinado, para estar elevada sobre el agua al mismo tiempo que ve la puesta del sol. Y en un instante preciso, mira al agua porque puede ver su reflejo, por unos segundos puede verse a sí mismo. La mayoría de los animales que vive alrededor del pantano no entiende este acto diario de la gallina de palo.
Un día que fue muy ajetreado, iba corriendo veloz la gallina de palo, pues se le hacía tarde para ver el sol ponerse, y por ir tan deprisa no pudo evitar chocar con un pavo real, ajá, con un pavo real. La gallina de palo quedó muy confundida por el golpe, pero también por la sorpresa de encontrar un pavo. Por allí nunca había visto ninguno. Entonces le dijo, oye me gustaría conversar contigo pero voy apurado, si quieres espérame aquí unos minutos, o acompáñame. El pavo real, lo acompañó hasta muy cerca del árbol y vio cómo la gallina de palo se subía a toda prisa a la rama, se colocaba en una posición especial, se miraba en el agua, contemplaba al sol desaparecer con cierta melancolía, y plash shack ssshlahhshh se cayó al agua. El pavo real se preocupó, pero pronto vio salir a la superficie a la gallina de palo muy contenta, pues aunque su plan no era caerse, igual le encantaba darse chapuzones en el pantano. Se sacudió el agua y se acomodó para conversar con el pavo real. El pavo real le contó que andaba muy perdido y necesitaba salir del pantanal para encontrar el camino de vuelta a su casa. La gallina de palo decidió ser su guía, quién mejor que él para esa tarea, si se conocía el panatanal de rabo a cabo. Lo llevó hasta la salida, allí el pavo real se ubicaba perfectamente, le mostró una montaña que se veía hacia la izquierda del camino y señalándola le dijo:
"Tras esa montaña vivo yo, cuando quieras ir a visitarme serás muy bienvenido nuevo amigo, gracias por mostrarme la salida."
Y comenzó a caminar, pero recordó que le faltaba algo por decirle así que regresó.
"Amigo, que bonito eso que haces de ir a mirarte al finalizar cada día. Es importante que nos miremos para saber cómo hemos sido y reconocer en nosotros tantas cosas importantes, justo antes de descansar para enfrentar el próximo amanecer."
Y se fue caminando hacia la montaña.
La gallina de palo se fue caminando muy muy feliz.





Para ir al espacio

Esta noche llegamos muy tarde a las camitas, así que solo haremos un cuento muy muy corto.






Una mariposa y un chanchito de tierra tenían ganas de viajar al espacio. 
Pensaron diferentes maneras para lograrlo y decidieron... 
¡construir un cohete!
¡con hojas!
Pasaron gran parte de la tarde diseñando y construyendo su cohete de hojas, la pasaron muy bien haciéndolo y les quedó precioso. Al terminar, se sentaron a mirarlo y justo en ese momento: 
                                                  glup .......................
                                                 ................... glup          .............
.........   glup    .........   glup glup .......... glup .... shhhhhhhrrrrsssshhhwww

¡se puso a llover!

jajajjajaj la mariposa reía 
jajjajjaja el chanchito reía 
rieron y rieron mientras veían su cohete resbalarse con las gotas de la lluvia. 
La pasaron muy bien construyéndolo pero mucho más riéndose con la lluvia que chorreaba las hojas y con su idea loca de ir al espacio en un cohete de hojas.